viernes, 15 de agosto de 2008

Chau Carlitos


Seguramente es uno de tus chistes. Como aquella vez que con voz cambiada reclamabas unos dibujos de unas mariposas, haciendote pasar por un colaborador de mi editorial. O cuando te anunciabas como un imprentero enojado asustando a los empleados que no te conocían.
Quizás debe ser una de tus tantas picardías típicas de Robin Hood en donde intermediabas por dibujantes sin laburo – ¡Llamalo por tu cuenta y no le digas que fui yo quien te avisó!– les decía a los editores para que le den trabajo a algún colega en problemas.
O será que tanta genialidad de esas que nos deja con la boca abierta la quieras compartir con los colegas que están del otro lado del río.
Puede ser estas u otras cosas, lo cierto es que de mi parte no hay cuentas pendientes, te dejo partir en paz mi amigo, donde quiera que estés sabes que te quiero mucho.